domingo, 30 de octubre de 2016

Luna nueva con un corazón hacia Dios

Ayer e acoste leyendo sobre la prosperidad y abundancia de la la luna nueva de hoy, me desperte temprano y escuche sobre la transformación y aceptación al religar con el padre....me arrodille y salieron lágrimas desde mi corazón al pedir y ofrecer perdón por estar lejos desde mi ego de la vida divina y medite para soltar.

He sido un ser que me he enfocado en el afuera y desde hace algún tiempo en el adentro, aca en el adentro, he encontrado un camino que todo ser humano inicia su recorrido desde que nace, el ritmo del caminar es individual se da en como nos crían, como nos enseñan, como nos educan, como nos alienan, como nuestra esencia se puede ir cubriendo de las mallas invisbles a los ojos pero que cubren la luz por miedo.  Asi que el camino inicia y continua cuando vamos quitando esos velos uno a uno, el ritmo es individual y por ello cada ser camina y camina y para algunos parece que fuese un nunca acabar, para otros su juventud ven luz temprano y otros quizas en su lecho de muerte, otros más no lo culminan y deben regresar posteriormente.

Mi camino inicial siento que fue de mucha luz, me considere desde niño un ser muy especial, un llamado a ser un luz, un ser cristico como Jesús, eso se fue apagando, y más que apagando porque la luz no se apaga, fue cubriendose de capas externas que no dejaban ver la luz, la capa de creencias en el afuera, de aferrarse a lo externo a lo material sin equilibrio, aún así siempre mi luz fue rebelde y luchaba, pero esa lucha era tenaz, querer que lo de afuera me aceptará y lo de adentro saliera sin miedo, al fin el miedo se apodero de mi y fue cubriendome para "protegerme", así busque a Dios desde lo que me enseñaron, desde una progración desde afuera y no desde el corazón, añoraba encontrar al Dios castigador, pero algún día lo encontre y no me gusto y me aleje....creyendo que corriendo encontraría un camino diferente, aquel que mencionaban de la nueva era, y lo que hice fue buscar y encontrar que solo hay una luz, una vida, un dios, en esencia solo uno con uno que soy yo,, pero en el camino fui perdiendo esperanza....

Creí que la religión era dios...era el padre...era la madre...así que no me gusto porque sentia que era una prisión y vivía...solo sobrevivía...encontre caminos diferentes unos me ayudaron otros me estancaron pero todos me impulsaron...creí alejarme del dios que me enseñaron y que encontraba al verdadero de otra forma, pero en el fondo tenía rabia irá que el dios que me enseñaron no fuera hizo que rechazará la esencia, porque ahora descubro que todo es uno, Dios...Vida, Esencia...Sol....Luna...Tierra, Maestros...Angeles...Arcángeles...Buda...Krisna....todos son uno conmigo, y ahora pido perdóna a la vida por creer en afuera y no dejar que mi corazón fuera mi guía...ahora lloro al sentir que negue a dios, a cristo...a mí....perdón por esperar ser especial, por ser un humano esperando afuera y olvidarme o tapar la luz que llevo dentro y que siempre ha estado ahí..
Gracias.

jueves, 13 de octubre de 2016

Padre

Algo en mi hace que este distante del padre que en esta tierra me acompaña. Siento que lo amo, pero que no soy un hijo que mantiene comunicación con él, y esto es reciproco. Mi padre, aunque no es mio, me acompaño constantemente hasta que tuve 7 años, luego se fue para Estados Unidos a buscar una mejor economía para la familia, yo lo espere desde entonces y creo que hasta los 16 años tuve la esperanza que regresará a la casa que llamaba hogar y donde vivía mi familia. Si hasta lo defendí como niño para que mi madre no se le acercará ningún hombre, o cuando una  tía lo vió hermoso y lo dijo la ataque con unas tijeras, era algo instintivo. Como niño nunca me explicaron que sucedía entre mi padre y mi madre. Luego mi hermana se fue para donde el vivia en el exterior y aguanto un año hasta volver, también fue una partida traumática y en otra ocasión hablaré de ello o de ella, ella regreso, mi padre tardo algo más.

Cuando regreso tuve la esperanza que mencionaba, de volver a un hogar con papá, mamá, hermana y yo, pero nada, ante un gran desconcierto se fue a vivir sin nosotros o nosotros sin él...y no sabía porque, esto lo sabría mucho tiempo después, mi madre descubrió una infidelidad y no lo perdono, y no lo dijo se lo trago y yo quede perplejo e ingenuo. Mi padre regreso al país, pero ya no a mi, yo era adolescente y crecí sin un padre biológico, en una casa ajena, con una madre resentida, me distancie de todo y de él y cuando regreso ya no pude comunicarme ni acercarme solo borracho alguna vez exprese lo que sentía, pero él tenía una caparazón muy dura y su orgullo no lo derribe hasta la fecha. Ya era yo, un ser con miedos, rabias, molestias...que con el tiempo se afianzaron y solo ya entrada y avanzada la adultez logre comprender, perdonar, liberar.

La distancia con mi padre, también lo fue con mi madre, con mi hermana, con mi familia y hasta con el mundo, solo dejaba salir luces leves, pero me volví inseguro, arrogante, introvertido, luego derribe algunas de estas cosas, unas parciales otras totales, pero aún tengo rezagos de esto, aunque con mi familia logre bajar tantas defensas, aún con mi hermana y padre, siento la distancia y no encuentro fórmulas.

Hoy hablando con la persona que ha convivido con mi padre, me decía que hace rato no lo ve, que ha ido una vez y estuvo una semana, aún resentido con la vida, le dije que le comentará que cuando quisiera viniera a mi casa y me dijo ya lo dije y el dice que no tiene nada que hacer en mi casa, que porque no lo llamo, y ella le dijo que él porque no me llama, que ambos nos deberíamos marcar. Sé que su orgullo o su miedo sigue siendo fuerte, y me preguntaba si yo era capaz de llamarlo, yo siento que lo perdone, que no le tengo rencor, que estoy en paz, pero siento que le tengo miedo, o es miedo a que me dirá o que no dirá...aún así lo llamaré...porque el amor es el camino..aunque haya distancia.

miércoles, 12 de octubre de 2016

EL MIEDO A PERDER TE HACE PERDER MUCHO MAS...



Las decisiones vitales son aquellas que te pueden cambiar la vida, para bien o para mal.
Son esas decisiones de suma importancia o trascendencia que se han de tomar en la vida cuando uno ha asumido la determinación de gobernar su vida y llevarla por donde considere adecuado.
Todos hemos tenido que tomar decisiones de este tipo, de esas que han marcado un antes y un después en nuestra vida, o que le han hecho dar un cambio muy notable, o que han influido en gran medida en otras personas.
Otras veces, lo que ha conseguido que nuestra vida sea distinta de como podría haber sido es el hecho de no habernos atrevido a hacer el cambio, o de haber aplazado demasiado una decisión, o de no haber sabido apreciar y valorar en su justa medida una situación, y por ese menosprecio y no prestarle la atención y dedicación que requería acabó tomándose la decisión por sí misma –o la tomaron otros-, o también se ha podido deber a nuestra incapacidad para hacerlo.
Todos hemos vivido o hemos conocido un caso de esta importancia extrema, en el que el hecho de tomar una u otra decisión ha modificado por completo o en gran medida la vida.
¿Qué hubiera pasado si en vez de casarte con tu marido o tu esposa lo hubieras hecho con otra persona distinta?
¿Qué hubiera pasado si hubieras estudiado más o hubieras elegido otra profesión u otra carrera?
¿Qué hubiera pasado si te hubieras enfrentado a aquella situación y hubieras tenido el valor de decir lo contrario de lo que dijiste, o de hacer lo contrario de lo que hiciste?
Muchas veces hacemos o no hacemos ciertas cosas porque no sabemos o porque creemos que no sabemos. Dentro de nosotros todos llevamos alguien que sí sabe. Algunos le llaman intuición.
Para llevarse bien con la intuición, y que la relación con ella sea beneficiosa, hay que aprender a poner a un lado la mente y escucharla a ella directamente.
En toda decisión vital puede haber conflictos, ya que pueden presentarse algunos valores muy diferentes, o ideas contrapuestas, y ambos parecen tener las mismas posibilidades de veracidad o de aportación de beneficio, pero la mente pesa y sopesa, duda, tiembla ante la responsabilidad de tomar la decisión en uno u otro sentido.
Por supuesto que no siempre es así. A veces lo vemos muy claro y nos evitamos esta tensión. Pero, también puede ser que eso a lo que llamamos “verlo claro” no es sino una forma de evitar la reflexión, de enfrentarse a las propias dudas, y de evitar el conflicto que se genera cuando tenemos más de una alternativa.
Tomar decisiones puede implicar riesgo, pero es que también hay riesgo –y en ocasiones mucho más- en no tomar decisiones.
¿Cómo se hace para tomar las decisiones vitales acertadamente?
Difícil pregunta cuyas respuestas se han de aceptar solamente si uno está de acuerdo con ellas porque resuenan en la forma de entender de cada uno.
Estas son algunas sugerencias:
- No tener miedo a las consecuencias.
- Entender y aceptar que existe la posibilidad de equivocarse.
- Confiar en la intuición.
- Considerar las emociones para que no engañen.
- Jugar también a hacer de “Abogado del diablo”.
- No compararse con otros ni comparar una situación con otra distinta.
- Cambiar la forma habitual de ver y hacer las cosas.
- No dejarse presionar.
- Pedir otras opiniones por si se ha escapado algún punto de vista.
Creo que todos tenemos una espinita clavada por alguna decisión en la que no acertamos, pero eso no ha de condicionar todas las que nos quedan por tomar.
Vivir es conciliar contradicciones.
En esto nos va a suceder igual. Se trata de encontrar la mejor entre todas ellas. Y pasar a la acción.
<3 span=""> TE AMO ESPEJO.
Maria Magdalena Angel

Esperar o aceptar

Desde que era muy joven sentí que era una persona especial, me hablaban de Jesús y sentía que yo era un ser como él, en el sentido de tener una misión muy grande en la vida, esto lo sentí creo por alla cuando era un joven de unos 11 o 12 años...realmente lo seguí sintiendo hasta ahora. Con el pasar del tiempo hubo épocas en que se me olvidaba, otras donde me decepcionaba y otras donde añoraba que fuera real.

Durante otra época de mi vida, me dedique a soñar si a a soñar ser alguien que lograba grandes metas materiales en la vida, que era una estrella de cine, que era un gran escritor famoso, que me ganaba la lotería y construía un super apartamento...en fin muchos sueños materiales.

Con el pasar del tiempo, empece a decepcionarme de no ser tan especial, me seguí sintiendo especial de otra forma, de aquella nacida de la arrogancia de sentirme menos, si realmente me comporte como un petulante durante mucho tiempo como mecanismo de defensa por el miedo a vivir la vida, asi que me refugie en la arrogancia, para luego sentirme más solo, cuando alguien me buscaba, yo lo rechazaba de una forma a veces grosera solo por el temor de sentirme acepado, buscaba ser abandonado porque un lejano año de los 70 fui abandonado por mi padre, el volvio pero mi ser de niño nunca lo ha vuelto a ver realmente, aquel padre que espere junte a mi hermana en el balcón, ya nunca apareció, volvio un padre lejano, uraño que ya perdone. Pero en mi cerebro quedo una impronta, la de del abandono y la del miedo a confiar en alguien que luego que dejara, mi mecanismo de defensa fue ser un arrogante que por dentro deseaba ser aceptado y no ser abandonado, pero que tampoco sabía expresarlo, aún hoy tengo pedazos de esos sentimientos y aún hoy interpreto y a veces no expreso.

Pero bueno, espere a mi padre y llego otro padre, luego sentí ser un ser especial como Jesús y ahora tampoco ha llegado ese personaje, sigo esperando saber cual don Dios me brindo para ayudar a otros, o que un angel se manifieste o que en sueños haya una señal, creo que aún mis ojos y mi ser no han aprendido a interprentarlo o comprenderlo....o siemplemente la vida es de aceptar que lo que vivo es la experiencia de la felicidad, que vivir es el mejor don, que perdonar y dejar de esperar que algo o alguien sea como el ideal de la creencia aprendida y vivir sea la mejor forma de aceptar que esto es y ya es suficiente para dejar de sufrir. ASi es.

lunes, 3 de octubre de 2016

El perro y sus enseñanzas

Yo actualmente vivo con 4 perros y un 2 gatas, desde que tengo uso de memoria he tenido animales conviviendo. Antes y como fui criado, decía que eran mis mascotas, me sentía superior...todo eso lo he ido revaluando con el pasar del tiempo y el aprendizaje de vida. Confieso que siento mayor atracción por los felinos que por cualquier otra especie animal. Algo me conecta con los gatos desde hace mucho tiempo, me encantan y me atraen gratamente...su mirada, sus juegos, su independencia.

También confieso que a veces he maltratado a los animales que me acompañan, con gritos o castigos de los cuales siento que fui fuerte, en especial con los perros. Hace poco más de dos meses, por mi casa paso un señor con un perro criollo y le pregunte que hacía y me dijo que lo llevaba a regalar porque era muy travieso, el perro tiene un año largo, y le dije pues regalemelo y así fue, lo entre y guarde en un baño mientras lo socializaba con los otros perros, el animalito muy asustado gruñia y se hizo poco del miedo por el cambio de ambiente y de compañeros, al poco tiempo se adapto. Y si es travieso y muy inquieto.

Decía que yo antes les decía mascotas, y ahora les digo compañeros, estos animales yo ya siento que no soy más que ellos, más que nadie en la naturaleza, que cada uno comparte lo que tiene, unos su cariño, otros su conocimiento, en fin damos lo que somos es así como un árbol nos brinda frescura, frutos y oxigeno, yo no soy mas que el árbol, somos compañeros en el paso por esta tierra. Esta visión se me viene despertando al ver que cada cosa creada en este mundo merece respeto y amor y que así me lo brindan, así admiro cada paso que doy y puedo ver la belleza de dios en todo, incluyendome a mi.

Bueno volviendo a mi nuevo compañero canino y recordando los otros tres, a veces me desespero con ellos, siento que me desahogo de una forma fuerte y es una forma de desquitarme con lo que me pasa en el día a día, siento que que me desquito enojandome con los perros, en especial con el nuevo que es más inquieto y desobediente, les he pedido disculpas y ciertamente ellos a veces me tienen miedo, pero sienten mi arrepentimiento, creo que aún me falta, ya les dedico más tiempo para acariciarlos y pasearlos, pero aún me desespero con menos intensidad.

Cada perro y perra, cada gato y cada animal que he tenido como compañero, agradezco lo que me han brindado y pido perdón por mis equivocaciones...gracias porque han sido grandes maestros, con su mirada, con sus gruñidos y arañetazos. Mi nuevo compañero me esta enseñando que siempre esta para alegrarse cuando me ve, para gruñir cuando le doy la comida y lo molesto, para ladrar cuando quiere salir...para mostrarme que siempre esta ahí con su cariño y gratitud...aún en los momentos que lo castigo o lo grito...así debería ser yo sin dejarme enojar porque el amor esta por encima de todo...