Cada día me percato que se vive en zonas de confort, pero que la vida desea que cada día sea único, pero mi ser como que se va acostumbrando y tiende a volver a acomodarse para encontrar su zona de confort. Esto lo veo durante mi matrimonio, con mis amigos, en mi casa, en mi trabajo...en fin, lo curioso es que digo que me gusta el cambio, pero cuando llega con fuerza me siento inestable, por lo menos durante un tiempo.
Definitivamente la zona de confort se torna una falacia, pero puede ilusionar tanto que el ser prefiera seguir allí que decidir continuar su evolución, sé que es una lucha constante, porque se vive en un medio que te bombardea para que tus costumbres sean cada vez más uniformes, que consumas lo mismo sea que estés en Nueva York o en Medellín o en Ho Chi Ming, además las fuerzas sociales quieren también que te adoctrines y que la mayoría de las veces no pienses muy diferente a los demás. Así salir de la zona de confort se vuelve un reto, porque es entrar a zona desconocida, donde la adaptación a veces se dificulta y se llega a pensar, por qué me metí en esto?
Si quiero lograr mi desarrollo de conciencia, la zona de confort cada vez es más pequeña, porque es la zona del ego, donde lo que se ve de obnubila pero no es la esencia del amor, del perdón, de la compasión...no es la paz interior.
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