martes, 3 de septiembre de 2013

Amar es una decisión....

La palabra motivación deriva del latín motivus, que significa «causa del movimiento». La motivación es la fuerza que mueve la voluntad de las personas. Hablando específicamente de la conducta humana en el matrimonio, la motivación para amar, perdonar, servir, dar y apoyar al cónyuge, dependen en un alto grado del nivel de satisfacción que este sintiendo la persona en la relación. En otras palabras, nos sentimos motivados a amar, si recibimos amor, nos sentimos motivados a perdonar si recibimos perdón. Y así sucesivamente. Entonces somos dependientes de la conducta del cónyuge. De acuerdo a como él o ella nos trate, así mismo tendemos a responder. Cuando en el matrimonio se practica esta tendencia de comportamiento, se vuelve un círculo vicioso que impide avanzar, porque siempre se está pendiente del comportamiento del otro para reaccionar en función de la actitud del cónyuge. La mayoría de matrimonios desarrollan sus relaciones sobre esta base de comportamiento y se centran más en los aspectos negativos de comportamiento del otro para reaccionar: ojo por ojo y diente por diente. Eso se llama venganza y genera consecuencias negativas. Colosenses 3:23-24 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. La motivación correcta por la que amamos a nuestra esposa(O) e hijos, debe ser porque queremos honrar la palabra de Dios, obedecerla. La decisión de obedecer a Dios y amar a nuestro cónyuge como a nosotros mismos, establece un ambiente apto para el desarrollo de una familia saludable. Si nos comportamos con nuestro cónyuge en función a lo que recibimos de él o ella, nunca vamos a honrar la palabra de Dios y eso va a traer consecuencias negativas a nuestra vida. Debemos amar a nuestra pareja independientemente de que lo merezca o no. Debemos amarle siempre; y más aún ¡cuando no se lo merece! I Pedro 3:9 No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición. Cuando decidimos amar, perdonar, servir, tratar con humildad y mansedumbre a nuestra pareja, a pesar de que no se lo merezca, estaremos honrando al Dios del Cielo, y esa actitud atraerá bendiciones abundantes a nuestra vida, porque lo estamos haciendo para honrar la palabra de Dios. No es fácil amar a una persona que está a tu lado y no merece tu amor porque no se porta de una manera amable contigo; pero si lo hacemos con la motivación correcta de honrar la palabra de Dios, viene sobre nosotros una paz que sobrepasa todo entendimiento, y esa paz atraerá muchas bendiciones a nuestra vida. No estamos hablando de aceptar la violencia doméstica, eso es otro tema. Si has actuado con la motivación incorrecta en tu relación matrimonial, pídele perdón a Dios y luego habla con tu cónyuge y pídele perdón también por esa actitud. Pídele ayuda a Dios para no volver a actuar de esa manera y vivir para honrar su palabra. Tu Matrimonio y tu Familia es el Tesoro mas valioso que Dios te ha dado !Cuidalo! Escrito por Astrid Tobón-Coach y asesora

4 comentarios:

Anónimo dijo...

simplemente hermosoooooooooooooooooooooooooooooo, estas palabras me llegaron

SerFelizSER dijo...

Que bueno...y lo mejor es la disposición y aportar asertivamente, ya que a veces podemos no estar de acuerdo y así será en la vida...no por ello se quiere decir que se hagan comentarios negativos.

Anónimo dijo...

sabes. si amar es una decisión. con estas hermosas palabras me recordaste la gran e importante decisión en mi vida, en mi caso particular cuando decidí amar a Jesucristo y seguirle no me importaron muchas cosas entre esas mi propio yo, yo quiero yo deseo yo quiero ser, fue un morir día a día, permitiendole a el que actuara de manera limpia y sin obstáculos, aunque no es un proceso fácil porque se lucha contra uno mismo, cuando decidí aceptar a jesus en mi corazón y llevar una vida en santidad agradable a el, no me importaron los comentarios de las personas a mi alrededor, de mi familia, de mis amigos de la vida secular, de lo que aun todavía me aterroriza y es lo espiritual versión mal, aun a pesar del poder y la autoridad, los dones y muchas otras cosas que dios me regalo y utilizaba para mostrarme ese mundo espiritual, yo sentía miedo pero, el espíritu santo dentro de mi hablaba, creyendo yo que era mi propia voz quien decía esas cosas, comprendí que era la voz de Dios audible. increíble esta hermosa experiencia y al pasar del tiempo cuando me fui afianzando mas en lo espiritual, lo aprendí a conocer, ay Dios.... que gran exhortación me acabas de dar con estas palabras, sabes hasta de una hoja que cae de un árbol se puede hacer un mensaje bíblico que impacte vidas con necesidades espirituales, en este caso me gustaría tomar estas palabras para hacerlo y algún día que Dios me permita en mi iglesia predicarlo..

Anónimo dijo...

hola porque no has escrito, estas bien?