Muchas veces ser sincero se vuelve contraproducente..sobre todo en relaciones y porque todos tenemos historia, y en muchas ocasiones esa historia no es el cuento que se quiere escuchar, pero si se esta en un proceso de crecimiento conexión con tu conciencia divina...es necesario asumir las consecuencias de tus actos y ser sincero.
Ser sincero no significa, decir las cosas sin anestesia, ni adornarlas, es decirlas con honestidad, asertividad y respeto. Yo he sido un sincero con rabia, con doble sentido, con sarcasmo...pero realmente esa sinceridad no trae paz.
Ser uno con Dios, implica compromiso...me ha costado ajustar este cambio, porque a veces me dejo llevar por mi ego, que dice cuida tu imagen, aprovechate de la situación, sigue la corriente...sigue en la zona de confort....enojate, no te disculpes...vaya....vaya...eso me ha pasado con amigos, mujeres, familiares y reconozco que en hay momentos donde he sucumbido y me he dejado llevar. Unas veces para que me acepten, que estupidez cierto, otras porque la tentación ha sido muy alta y he querido aprovecharla, otra para seguir la corriente y no me vean o traten como bicho raro....en fin han habido muchos retos...pero cada vez me conscientizo que debo aceptarme con mis equivocaciones y aciertos, ya las consecuencias de ambos...puede que alguien se decepcione al conocer parte de mis acciones....pero será un precio a pagar por lo que hice...
Si quiero vivir uno con Dios...y para hacerlo debo seguir mi transformación...y cada vez esto es más sentido y al sentirlo me siento más comprometido y por ello, cuando antes mentía, o me enojaba, o gritaba o ofendía, me molestaba conmigo pero terminaba aceptandolo sin ofrecer disculpas...ahora eso no me queda tan sencillo y estoy agachando la cabeza y doblando rodilla...para aceptar mi transformación, mi conciencia esta despertando a la luz.
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