jueves, 5 de diciembre de 2013

Miradas

En mi infancia disfrute mucho la compañía de niños y niñas, con el crecer me gustaba una niña u otra, siempre con una inocencia propia de la edad y el crecer en un ambiente de respeto. Al entrar a mi adolescencia fui descubriendo mis deseos y algunos me los enseñaron a canalizar a través de ojos de placer y en ocasiones lujuriosos. Miraba ya no a la mujer solamente sino también sus partes sexuales, senos, cadena, zona vaginal..pensando en el disfrute por el disfrute, claro con ciertas mujeres con no con todas. Muchas veces me pregunte porque no sentía como cuando era niña, sentía pereza de mis miradas lascivas que me hacían sentir un calor y deseo intenso. Cuando hice el amor por primera vez más allá de los 18, pase a una etapa más eleveda del deseo, así segui viendo a la mujer que me gustaba o atraía normalmente con deseo de estar con ella y disfrutar su cuerpo.
Durante mucho tiempo he sentido eso, como dije no con todas ni a todo momento, pero se me volvio costumbre...hasta cuando iniciaba una amistad, pensaba como sería estar con esa mujer y me insinuaba para ver si algo se daba.
Lo mejor es que con el trasegar de mi conciencia y mi acercamiento a la divinidad, al amor verdadero, al perdón...a la liberación de mi ego...estoy volviendo a ser una persona que ve al otro género, guste o no su figura o me interese o no la persona, como un ser con sus virtudes y aspectos por mejorar. Ayer conversando con una amiga a quien considero atractiva y que ha estado rodeado de hombres continuamente, y con quien apenas me acerco como amigo, sentí que ya no me pasaba por la mente el deseo de estar sexualmente con ella, ni verla desnuda en mi cerebro, la ví como un ser humano de igual a igual.
Todo es posible siempre y cuando me libere de mis programaciones, me entregue al amor, dejar de razonar y aferrarme a mis pensamientos, fue gratificante poder ver a la otra como alguien más allá de su cuerpo. Es verdad no he sido un ser morboso, soy respetuso total de las mujeres, pero también reconozco que he tenido momentos de deseo sexual intenso y he encontrado reciprocidad en algunas mujeres. Ya estoy conscientizando el respeto en mi, con mi cuerpo volviendose un templo, no quiere decir como me preguntaba una amiga: Entonces que quieres...quiero ver al otro con respeto, con amor, sin prevención, sin prejucios, con respeto y vivir en un equilibrio material y espiritual...mi mirada viene cambiando.

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